La Hermandad de los Romanceros vela por mantener y recuperar la tradición de nuestros antepasados, que comenzó allá por el año 1614 cuando, en una de sus frecuentes visitas al Valle del Alberche, el ilustre dramaturgo Lope de Vega escribió:
XIV ROMANCES A LA PASIÓN DE CRISTO
Estos se empezaron a cantar en Navaluenga en el siglo XVII y arraigaron como costumbre de Semana Santa en nuestro pueblo, en el siglo XIX, con una entonación, recorrido y final “El Pique” únicos en España.
Hasta los años 60 del pasado siglo XX se formaban dos cuadrillas, casados contra solteros (sólo hombres), hasta que, en el pique, una de las cuadrillas se equivocaba; y entonces acababa la procesión; invitando los perdedores a los ganadores a mantecados y limonada en sus casas.
En los años 70-80 del siglo pasado, aun participando ya las mujeres, la tradición fue decayendo. Por ello, en la Semana Santa del 96, un grupo de los que no habíamos dejado de asistir decidimos hacernos notar con un lazo celeste en el brazo. La iniciativa fue bien acogida y, ese mismo año, se formalizó la actual hermandad, con alrededor de 40 voluntarios y voluntarias.
27 años después aquí seguimos con varios cientos de socios, con el canto de los ROMANCES conocidos en muchos lugares del país, dada la cobertura televisiva y periodística a nivel regional y nacional. Lo que ha propiciado sea reconocida de interés turístico regional, en buena medida por el apoyo de este Ayuntamiento. También queremos hacer un reconocimiento especial a todos los integrantes de la Rondalla de Navaluenga por su desinteresada colaboración en los actos promovidos por esta Hermandad contribuyendo de forma muy importante a su vistosidad y animación en todas las que se les ha solicitado. Por lo que a todos os manifestamos nuestras más sinceras ¡G R A C I A S!
En estos 27 años que han pasado han fallecido varios socios, la mayoría auténticos colaboradores de la Hermandad, algunos de la directiva. Nos permitimos hacer una mención especial a nuestro primer Presidente Fundador y Presidente Perpetuo D. Eugenio Aparicio González, por su entusiasmo y entrega.
También en estos años, varios miembros de esta directiva nos hemos hecho muy mayores, por lo que hacemos un llamamiento a los más jóvenes (especialmente a aquellos que, a principios de este siglo, aprendisteis a cantarlos junto a nosotros y a bailar la jota). Ahora os pedimos toméis el relevo, dejándonos pasar a segundo plano para seguir ayudando en el rumbo que vosotros marquéis.
También queremos hacer un llamamiento a jóvenes, niños y niñas, a incorporaros a la Hermandad y aprender, junto a nosotros, a no perder esta tradición tan bonita y particular de este pueblo, ¡CON ORGULLO!